Niveles de ansiedad y depresión podrían no influir en los resultados de embarazos por FIV
Un reciente estudio prospectivo realizado en Turquía ha arrojado luz sobre la posible relación entre los niveles de ansiedad y depresión y los resultados de los embarazos en parejas sometidas a tratamientos de fertilización in vitro (FIV). Los hallazgos, aunque preliminares, sugieren que estos factores psicológicos no presentarían una correlación significativa con la efectividad de estos procedimientos.
El equipo detrás de la investigación incluyó a 102 parejas con infertilidad sin causa aparente, las cuales fueron sometidas a evaluaciones psicológicas para medir los niveles de ansiedad y depresión en dos momentos diferentes: al inicio del tratamiento de FIV y en el día de extracción de óvulos o muestra de semen. Para llevar a cabo estas mediciones, se utilizaron la Escala de Ansiedad Estado-Rasgo de Spielberger y el Inventario de Depresión de Beck.
Llama la atención que, a pesar de la creencia común de que el estrés y los problemas de salud mental podrían afectar negativamente las tasas de éxito en tratamientos de reproducción asistida, esta investigación no encontró diferencias estadísticamente significativas entre los niveles de ansiedad y depresión y la cantidad de óvulos recolectados, la movilidad espermática ni las tasas de embarazo. No obstante, se observó una relación significativa entre la ansiedad en hombres y una menor cuenta espermática; así como la depresión y la movilidad espermática.
Aun con estos resultados iniciales, los investigadores enfatizan la necesidad de realizar más estudios para comprender completamente el efecto de la ansiedad y la depresión en el resultado del embarazo tras un tratamiento de FIV, dada la complejidad y multiplicidad de factores que intervienen en este proceso.
Este trabajo se suma a un cuerpo de investigación que busca eliminar incertidumbres y brindar respuestas claras a millones de parejas que se enfrentan a la infertilidad en todo el mundo. En Turquía, por ejemplo, alrededor de 1,5 a 2 millones de parejas buscan ayuda por estas circunstancias. La OMS ha subrayado la infertilidad como una enfermedad social debido a su alta prevalencia y el impacto psicológico que tiene sobre los individuos afectados.
Los resultados de este estudio son de particular interés para las clínicas especializadas en fertilidad, ya que proporcionan una perspectiva más clara sobre el papel que juegan los factores psicológicos en el éxito de los tratamientos de reproducción asistida. La comprensión de estos factores podría llevar a la implementación de intervenciones terapéuticas específicas que aumenten las tasas de embarazo y ofrezcan un mejor acompañamiento emocional a las parejas durante estos procesos.
Es fundamental destacar que este estudio, al igual que muchos que le precedieron, obtuvo el consentimiento informado de todos los participantes y fue llevado a cabo bajo estrictas normativas éticas, validando así la integridad y el respeto por la privacidad y bienestar emocional de los involucrados.
El estudio, aunque no ha sido el primero en tocar este tema, destaca por su enfoque y metodología detallada. Los resultados evidencian la importancia de una evaluación holística que tome en cuenta no solo los aspectos fisiológicos sino también los psicológicos de los pacientes. Queda claro que mientras la ciencia continúa avanzando, el acompañamiento emocional no debe ser subestimado en los tratamientos de fertilidad, y se destaca el valor de un abordaje multidisciplinario para abarcar todas las necesidades de las parejas que buscan ser padres.