24 de Ago, 2020 . El fracaso de implantación recurrente (RIF) plantea grandes desafíos a los médicos y provoca una profunda frustración en los pacientes. Los datos anteriores han sugerido que la prednisona puede desempeñar un papel prometedor en el establecimiento del embarazo y ayudar a mejorar el resultado del embarazo en mujeres con RIF. Pero no hay pruebas suficientes de ensayos clínicos aleatorios que tuvieran el poder adecuado para determinar si la prednisona puede mejorar los nacidos vivos como resultado primario.
Hoy en día, la infertilidad afecta al 8-12% de las parejas en edad reproductiva y se ha convertido en un problema mundial [1]. La fertilización in vitro (FIV) se usa ampliamente y es bien recibida en parejas con dificultades reproductivas. Sin embargo, a pesar del uso óptimo de tecnologías reproductivas (como la hiperestimulación ovárica controlada, la eclosión asistida, las pruebas genéticas previas a la implantación y la transferencia de embriones congelados), la implantación sigue siendo un paso limitante en el tratamiento de FIV. Se informa que la tasa de implantación es de alrededor del 25% cuando se transfieren los embriones escindidos y del 40% cuando se transfieren los blastocistos, lo que indica que muchas parejas permanecerían infértiles después de múltiples intentos de transferencia de embriones [2].
El fracaso de la implantación recurrente (RIF) se refiere a la condición clínica de no lograr un embarazo clínico después de varias transferencias de embriones, lo que plantea grandes desafíos a los médicos y causa una profunda frustración a las pacientes [3]. La prevalencia de RIF varía del 10 al 20% y es difícil de estimar, debido a la condición de que todavía no existe un consenso universalmente aceptado sobre la definición de RIF [2, 4, 5]. El fracaso de la implantación se puede atribuir a la calidad del embrión, la receptividad endometrial o ambas. Si bien se cree que la mala calidad del embrión es responsable del 30-50% de los fracasos de implantación, la disminución de la receptividad endometrial es responsable de aproximadamente dos tercios de estos fracasos [6, 7]. Por tanto, se han propuesto muchas intervenciones destinadas a superar la disminución de la receptividad endometrial para mejorar los resultados del embarazo en mujeres con RIF, pero solo unas pocas se basan en pruebas [8, 9].
La prednisona es un agente inmunomodulador común, que puede ejercer una variedad de efectos positivos en el tratamiento de trastornos autoinmunes, así como en el establecimiento de un embarazo temprano [1, 10]. Los estudios han demostrado que la prednisona no solo puede suprimir la citotoxicidad de las células NK uterinas y la secreción de citocinas en el endometrio antes de la implantación, sino que también estimula la secreción de gonadotropina coriónica humana (hCG) y promueve la proliferación e invasión del trofoblasto [1, 6], lo que sugiere que la prednisona puede tener un impacto considerable en la implantación de embriones y los resultados de la FIV. También se cree que la prednisona tiene efectos secundarios mínimos [11], porque sólo alrededor del 10% del principio activo llegará al feto [12,13,14].
Sin embargo, los ensayos clínicos limitados se han centrado en el efecto de la prednisona en los resultados del embarazo. Además, los ensayos eran estudios de tamaño pequeño o no aleatorios o con regímenes de tratamiento combinados, que no tenían el poder estadístico suficiente para llegar a una conclusión. Por lo tanto, varios investigadores y médicos han pedido un ensayo controlado aleatorio (ECA) a gran escala y bien diseñado para aclarar si la prednisona podría mejorar los resultados del embarazo en mujeres con RIF [15].