Un hallazgo clave: Fragmentación del ADN espermático vinculada a abortos en mujeres mayores
Según un reciente estudio en el campo de la medicina reproductiva, hay una relación significativa entre la fragmentación del ADN en esperma y un incremento en la tasa de aneuploidía cromosómica en conceptos abortados, específicamente en mujeres de edad avanzada sometidas a ciclos de transferencia de embriones frescos.
Este estudio, llevado a cabo por especialistas del Centro de Medicina Reproductiva del Primer Hospital Afiliado de la Universidad de Zhengzhou y del Laboratorio Clave de Henan de Reproducción y Genética, encontró que en mujeres mayores de 35 años, la utilización de esperma con altos índices de fragmentación del ADN durante tratamientos de fertilización in vitro (FIV) o inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) aumentaba considerablemente el riesgo de aborto debido a aneuploidías en los fetos concebidos.
El estudio, que analizó una serie de muestras de villus coriales de 495 pacientes que experimentaron abortos espontáneos después de un tratamiento de FIV/ICSI, demostró que los grupos con abortos presentaron una mayor tasa de fragmentación del ADN espermático en comparación con aquellos tejidos que se desarrollaron normalmente. Este fenómeno fue más pronunciado en mujeres de edad avanzada que se sometieron a la transferencia de embriones frescos en lugar de congelados.
La aneuploidía, que es la presencia de un número anormal de cromosomas en una célula, es una causa común de abortos espontáneos, y los investigadores sugieren que la integridad del ADN del esperma es crítica para el desarrollo saludable del embrión. Con el incremento de la edad de la madre, la capacidad de los óvulos para reparar el ADN del esperma se reduce, y esto puede resultar en un mayor riesgo de anormalidades durante las etapas iniciales del desarrollo embrionario.
El análisis microarray de SNP basado en cromosomas mostró que la tasa total de aneuploidía cromosómica fue del 54.95%, siendo la trisomía la anomalía más común detectada. Este vínculo crucial entre la fragmentación del ADN espermático y la tasa de aneuploidía sugiere que, para las mujeres de avanzada edad que buscan la reproducción asistida, podría ser beneficioso considerar la calidad del ADN espermático como un factor determinante para el resultado del embarazo.
Los investigadores destacaron la importancia de evaluar y tener en cuenta la fragmentación del ADN espermático en tratamientos de reproducción asistida, especialmente en casos de mujeres mayores que recurren a técnicas como IVF o ICSI. En este sentido, las clínicas especializadas juegan un papel crucial en la evaluación y selección del esperma para estos procedimientos, con el fin de maximizar las posibilidades de un resultado exitoso y reducir el riesgo de aborto relacionado con aneuploidías.
Los autores del estudio recomiendan que se realicen más investigaciones para esclarecer los mecanismos detrás de la influencia del daño en el ADN espermático en la integridad cromosómica de los embriones y la posibilidad de aborto. Esto podría conducir a mejores prácticas clínicas y estrategias terapéuticas dirigidas a mejorar los resultados reproductivos para parejas enfrentando la infertilidad.