Avances en la medicina reproductiva: Test genético preimplantacional - Genetic Alliance
En una significativa contribución a la salud reproductiva, la técnica conocida como test genético preimplantacional (PGT, por sus siglas en inglés) se ha establecido como una opción para aquellas parejas que enfrentan el riesgo de transmitir condiciones genéticas a su descendencia. Este procedimiento, que complementa la ya conocida fertilización in vitro (IVF), incorpora el análisis de los embriones antes de su transferencia al útero, permitiendo seleccionar aquellos libres de determinadas afecciones genéticas graves.
La implementación del PGT inicia con procesos de estimulación ovárica para la extracción de óvulos, los cuales son posteriormente fertilizados en laboratorio. Tras aproximadamente seis días de desarrollo embrionario, se procede a realizar una biopsia en la etapa de blastocisto. Estas células, que posteriormente formarán la placenta, son analizadas para identificar posibles anomalías genéticas.
Este procedimiento, que requiere de una autorización específica por parte de la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología (HFEA), limita su práctica a personal altamente especializado, para asegurar la máxima precisión y minimizar riesgos. La precisión del PGT, aunque no absoluta, ofrece alrededor de 98-99% de exactitud en la mayoría de los casos.
Los criterios de elegibilidad para acceder al PGT a través del Servicio Nacional de Salud (NHS) varían en el Reino Unido, y las parejas deben cumplir ciertos requisitos; en algunos casos, se permite hasta un máximo de tres ciclos de PGT. Para aquellos que no califican, existen opciones de pago propio en clínicas especializadas.
La Genetic Alliance UK, una organización en la cúspide de la defensa de pacientes con enfermedades genéticas y raras, brinda soporte e información a estas parejas. Cada año, numerosas familias se benefician de los recursos y el apoyo proporcionados por esta y otras entidades, así como de los avances en la tecnología de PGT.
La accesibilidad y éxito del PGT no se pueden garantizar para todos los casos, y las restricciones impuestas por las regulaciones de la HFEA requieren que cada caso sea evaluado en detalle. Además, factores como la edad y el peso de la mujer influyen notablemente en las posibilidades de éxito del tratamiento.
Con respecto a los posibles riesgos, estos son inherentes a los asociados con la IVF convencional, y aunque no se han reportado efectos secundarios significativos, es imperativo que los niños nacidos a través del PGT sean monitoreados a largo plazo para detectar cualquier impacto potencial del procedimiento en su desarrollo y salud futura.
En resumen, el PGT representa una opción para las parejas que se enfrentan a la difícil decisión de cómo manejar el riesgo de transmisión de enfermedades genéticas. Ofrece esperanza, pero viene acompañado de una necesidad de regulación y consideración cuidadosa de cada paso, desde la evaluación genética previa hasta el seguimiento posterior al nacimiento. El camino de la fertilidad asistida continúa evolucionando, con cada avance ofreciendo nuevas oportunidades y desafíos.