Testosterona: ¿Un tratamiento prometedor para la menopausia
En el debate continuo sobre los tratamientos efectivos para los síntomas de la menopausia, la testosterona emerge como un tema de interés en la comunidad médica. A pesar de su reputación como una hormona predominantemente masculina, la testosterona también juega un papel crucial en la fisiología de las mujeres, especialmente antes de la menopausia.
La disminución de los niveles de testosterona con el tiempo y especialmente después de la menopausia puede conducir a una disminución de la densidad ósea, energía reducida y depresión. Aunque los médicos recetan testosterona para aliviar estos síntomas, actualmente no existe un producto de testosterona aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para su uso en mujeres.
La controversia médica persiste en cuanto a si los tratamientos con testosterona deben ser considerados en un espectro más amplio o si son beneficiosos sólo para un pequeño grupo de mujeres. Además, la falta de una extensa investigación sobre los efectos de la testosterona en mujeres menopáusicas implica que tanto los médicos como las pacientes a menudo carecen de conocimientos certeros sobre sus beneficios potenciales y la seguridad de su uso.
La experta en urología y menopausia Kelly Casperson argumenta que el enfoque de género en las hormonas limita la consideración de la testosterona como un tratamiento viable para mujeres. A diferenciación de los niveles de estrógenos, que caen drásticamente tras la menopausia provocando síntomas conocidos como sofocos, problemas de salud mental y trastornos del sueño, los niveles de testosterona decaen gradualmente, y no de forma abrupta.
La testosterona es prescrita frecuentemente para abordar el trastorno del deseo sexual hipoactivo (HSDD), y aquellas que toman testosterona durante la menopausia también reportan una mejora en la energía, el estado de ánimo y un incremento en la masa muscular. Casperson enfatiza la presencia de receptores de testosterona en todo el cuerpo y su importancia para la salud ósea, mental, en la cicatrización de heridas, la depresión y la salud cardiovascular.
Anna Barbieri, profesora asistente de obstetricia y ginecología en la Escuela de Medicina Mount Sinai, subraya la necesidad de más investigación sobre el papel de la hormona en la salud femenina y lamenta su subrepresentación en el campo médico. Sin embargo, los estudios existentes sobre la testosterona, como el parche de testosterona Intrinsa para tratar HSDD, han sido limitados y han enfrentado obstáculos en la aprobación por parte de la FDA.
La falta de información disponible plantea dudas no solo sobre la eficacia de la testosterona en el tratamiento de diversas afecciones, sino también sobre su mecanismo de acción. Se busca entender si los efectos se deben a la unión al receptor o a la acción de la testosterona en el núcleo, y cómo prever la respuesta individual de las pacientes.
Barbieri, quien pasó por la menopausia y reconoció su propio desconocimiento sobre cómo reconocer y tratar algunos de los síntomas, señala que muchos profesionales carecen de formación en esta área, lo cual a menudo conduce a un tratamiento insuficiente.
La perspectiva sobre los tratamientos hormonales ha cambiado con el tiempo, especialmente después de que estudios adicionales alucidaran los riesgos y beneficios del tratamiento con estrógenos, que ahora se considera en gran medida beneficioso para las mujeres menores de 60 años y que están en la primera década de la menopausia.
Stephanie Faubion, directora médica de la Sociedad de Menopausia, ofrece un contrapunto, señalando que la testosterona no cambia significativamente en la menopausia y pone en duda su necesidad como tratamiento menopáusico. Además, plantea que, aunque se usa para tratar la baja libido, raramente resuelve el problema.
Por otro lado, las barreras reglamentarias para prescribir testosterona, como su clasificación como una sustancia controlada en la Lista 3, suman otro desafío para los médicos. Para complicar aún más las cosas, no existe un producto específico de testosterona para mujeres menopáusicas, y las que tienen disponibles deben ser pagadas de su bolsillo.
Las opciones inadecuadas de automedicación con pastillas y inyecciones a veces son adoptadas por mujeres que tienen dificultades para conseguir una prescripción adecuada, exponiéndose a niveles peligrosamente altos de testosterona y efectos secundarios no deseados.
Finalmente, el tratamiento de la menopausia está recibiendo una mayor atención y es probable que la financiación adicional para la investigación proporcione una mayor comprensión de la testosterona en mujeres. Casperson y otros médicos esperan un producto aprobado por la FDA que sea efectivo, siempre que su precio no sea excesivamente elevado por el simple hecho de estar orientado a mujeres.
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