Debido al ritmo de vida que llevamos actualmente, cada vez es más frecuente que las mujeres esperan a pasar la treintena para convertirse en madres. El problema es que el reloj biológico no entiende prioridades y a más edad, menos son las probabilidades de concebir. No obstante, los avances en reproducción asistida han hecho que sea posible preservar la maternidad con garantías gracias a la vitrificación de óvulos.
La vitrificación de óvulos es un procedimiento que consiste en la congelación ultrarrápida de los ovocitos que permite conservar esta célula tan compleja y sensible sin que sufra daños. Para rentabilizar el proceso, el mismo mes en el que se extraen se realiza una estimulación ovárica. Un procedimiento muy similar al que se lleva a cabo para las intervenciones de fecundación in vitro (FIV).
La estimulación ovárica dura unos 10 días y durante este periodo se realizan ecografías cada 2 ó 3 días para medir los folículos. Una vez que se considera que la cantidad de óvulos maduros es la adecuada se provoca la ovulación, se hace una punción en los ovarios y se aspiran los óvulos para vitrificarlos rápidamente.
Cuando la mujer cree que ha llegado el momento de ser madre, se desvitrifican y se fecundan en el laboratorio, ya sea con el semen de la pareja o con el de un donante en el caso de que no tenga pareja o de que el semen sea de baja calidad. Los óvulos fecundados esperarán en el laboratorio durante 2 ó 3 días y después serán implantados en el útero. El resto de embriones que no sean utilizados se volverán a vitrificar para ser usados si la intervención fracasa.
¿Para qué mujeres se recomienda esta técnica?
La vitrificación de los óvulos permite preservar la maternidad en mujeres a partir de los 20 años. A partir de los 35 años, la calidad de los óvulos empeora, por lo que es recomendable hacerlo antes en el caso de que la mujer quiera ser madre pero no considere que es el momento adecuado. También es recomendable para mujeres jóvenes con cáncer, ya que los tratamientos para esta enfermedad producen con frecuencia infertilidad. De esta forma, la mujer podrá quedarse embarazada después de la enfermedad. En cualquier caso, aunque no exista una edad límite biológicamente hablando para ser madre, los expertos establecen los 50 años como límite. Aunque todo depende de cada mujer y su caso en concreto. Y es que los ovocitos pueden mantenerse vitrificados indefinidamente pues no se deterioran con el paso del tiempo.