Si llevas ya más de un año intentando quedarte embarazada sin éxito, puede que tengas que plantearte acudir a una clínica de reproducción asistida. Este tipo de centros llevan a cabo técnicas básicas de reproducción asistida para que las parejas que tienen dificultades para concebir puedan conseguirlo. Son los médicos los que deben decidir cuál es el tipo de técnica más adecuado en cada caso, valorando la suma del potencial reproductivo tanto del hombre como de la mujer.
Inseminación artificial
Es la técnica de reproducción asistida más sencilla. Consiste en la introducción de los espermatozoides en la vagina de la mujer. Las fases que se siguen son la estimulación ovárica, a través de dosis de hormonas, y la monitorización, mediante ecografías periódicas para programar el mejor momento para la inseminación. Los espermatozoides son depositados a través de una delgada cánula dentro del útero. Un proceso totalmente indoloro y que no entraña riesgos para la mujer.
Fecundación in vitro convencional
Esta técnica consiste en la extracción de los óvulos y la fecundación de los mismos con los espermatozoides del hombre en el laboratorio. Una vez fecundados, los óvulos son introducidos en el útero de la mujer. El primer paso es la estimulación ovárica controlada y la monitorización del proceso. Después se programa la punción ovárica en función del tamaño de los folículos y del valor de estradiol en sangre. La punción se realiza bajo anestesia local. La intervención para extraer los ovarios dura entre 15 y 40 minutos y la paciente puede volver a casa el mismo día. Luego los óvulos se unen con los espermatozoides en el laboratorio. Tres días después de la fecundación, se introducen en el útero materno.
ICSI (Microinyección intracitoplasmática de espermatozoides)
Se trata de una técnica parecida a la fecundación in vitro. Más cara debido a su complejidad. La extracción de los óvulos se realiza de la misma forma. La diferencia es que la fecundación no se deja al azar, sino que a través de una microaguja se introduce el espermatozoide en el interior del óvulo. Por eso, esta técnica es la más adecuada cuando el problema se encuentra en los espermatozoides, que no son capaces por sí solos de alcanzar el óvulo.