Los bebés recién nacidos son inundados de cuidados, cariños y caricias por parte de sus padres y familiares. No obstante, el equipo médico que lo ha atendido, tanto a él como a su madre, durante el parto también le practican una serie de pruebas obligatorias justo después de nacer.
¿Qué pruebas se realizan al recién nacido?
Como bien decíamos, los médicos realizan pruebas a los pequeños para analizar su estado de salud y su condición física. Sin olvidar las enfermedades futuras que puede sufrir el bebé.
- Corte y atado del cordón umbilical: este tipo de curas son rutinarias y muy sencillas. Los médicos y matronas las realizan sin ninguna dificultad y siguiendo un procedimiento pautado también sencillo. El objetivo es estabilizar y cerrar la apertura por donde el niño se alimentaba a través de la madre.
- Test de Apgar: los médicos realizan esta prueba a los bebés para evaluar su esfuerzo respiratorio, su frecuencia cardíaca, su tono muscular, sus reflejos y el color de su piel. Todo ello para confirmar el desarrollo del niño tanto dentro como su adaptación fuera de la madre.
- Extracciones de sangre: los profesionales médicos llevan a cabo estas extracciones de sangre para averiguar el grupo sanguíneo, los factores Rh (proteínas), un análisis de gases y del pH de su piel.
- Pesos y medidas: estos datos se pueden medir incluso días después de nacer, ya que es prioritario que el niño pase tiempo con su madre. Las matronas miden al bebé, tanto su longitud total, como el perímetro de su cabeza, de sus pies y manos, como su peso corporal.
- Prueba del talón: unas 48 horas después del nacimiento del pequeño, las enfermeras realizan esta prueba al bebé para detectar hiperplasia, fenilcetonuria e hipotiroidismo. Existen algunos casos en los que la prueba no se extrae la sangre del talón, sino de la palma de la mano o de un dedo. De esta manera el bebé no sufre tanto dolor como en el talón.
- Pruebas de audición: en concreto, los bebés son sometidos a otoemisiones acústicas para detectar de forma temprana posibles trastornos acústicos. Esta prueba es sencilla, inocua y sin prácticamente dolor para el bebé.
Todas estas pruebas son comunes en los niños recién nacidos, pero siempre se pueden aumentar los análisis u otras pruebas en función de lo que el profesional médico y pediátrico considere conveniente para el bebé. Aunque si esto sucede será comunicado a los progenitores.