¿Sabías que aproximadamente un 10% de las mujeres en edad reproductiva sufren de ovarios poliquísticos? No se trata de una enfermedad, sino de un síndrome de origen endocrinológico relacionado con mutaciones en algunos genes que regulan la cuestión hormonal.
Entre sus síntomas más habituales se encuentran las irregularidades en el ciclo menstrual, el acné o la resistencia a la insulina. Por lo general, estas mujeres suelen presentar también hiperandrogenismo y, a nivel analítico, poseen un índice más elevado de lo habitual de las hormonas masculinas o hirsutismo, es decir, más vello de lo normal o en zonas extrañas.
Pero, sin duda, lo más característico es la aparición de múltiples quistes en los ovarios. Eso sí, pese a su nombre, no todas las mujeres que tienen ovarios poliquísticos tienen por qué tener quistes en los ovarios. Sino que puede estar relacionado simplemente con desequilibrios hormonales.
Al comienzo del ciclo menstrual normal, en el ovario empiezan a crecer varios folículos, uno de los cuales crece más que le resto y se libera durante la ovulación. En aquellas mujeres que tienen ovarios poliquísticos, este óvulo no se desarrolla con normalidad y no hay ovulación, lo que hace que el resto de folículos pequeños no desaparezcan y que se acumulen, creando pequeños microquistes alrededor de los ovarios.
¿Cómo afectan los ovarios poliquísticos a la fertilidad?
Una de las consecuencias de los ovarios poliquísticos es la infertilidad o subfertilidad, lo que hace que estas mujeres tengan dificultades para quedarse embarazadas y que, incluso cuando lo consiguen, tengan más probabilidades de sufrir un aborto que el resto de la población, en gran medida debido a su perfil hormonal. De hecho es una de las principales causas de los abortos de repetición.
Obviamente, lo que más influye es la carga genética, pero también los hábitos de vida, por lo que una de las bases del tratamiento en general para mejorar la fertilidad de la mujer son los cambios en los hábitos de vida. Pero además, hay tratamientos que lo intentan controlar, ya que no se puede curar. El tratamiento no va destinado a hacer desaparecer los quistes, ya que no se trata realmente de quistes, sino de folículos detenidos en su desarrollo debido a problemas hormonales. El objetivo es normalizar los ciclos y lograr la ovulación. Cuando no se consigue, se emprenden ya las técnicas de reproducción asistida.
No obstante, el síndrome de ovario poliquístico por sí mismo no es determinante a la hora de recurrir a una técnica u otra de reproducción asistida. Para escoger el tratamiento más adecuado, es necesario realizar una valoración integral de las características de la pareja, de la funcionalidad de las trompas, de la calidad del semen y de la edad. En cualquier caso, cuando una mujer padece ovarios poliquísticos, es muy importante que se tenga en cuenta para decidir la medicación que se va a proporcionar, especialmente la dosis.