Desde niñas todas las mujeres damos por hecho que podemos ser madres. Y aunque muchas de nosotras no estemos seguras de querer serlo algún día, suponemos que si tomamos la decisión de hacerlo, podremos tenerlos. Pero la realidad es que la infertilidad no es algo que pueda verse o preverse.
Aunque en las últimas décadas la sociedad ha experimentado una gran revolución en muchos aspectos, sociales, tecnológicos y científicos, la fisiología humana continúa estando sujeta a los mismos biorritmos. En este sentido, las mujeres no hemos cambiado y nuestra capacidad reproductiva sigue empezando a una edad muy temprana si la comparamos con otras especies. Con lo cual una mujer puede quedarse embarazada siendo casi una niña y perder su fertilidad alrededor de los 40 años.
Desde tiempos remotos, tener hijos ha sido algo muy importante. Y es que esta ha sido una de las principales funciones de la mujer en la sociedad. Tanto es así que antiguamente la esterilidad era vista como una deshonra no solamente para ella misma, sino también para toda la familia. Llegando a ser considerada incluso como inferior o achacando su infertilidad a un castigo de los dioses o una maldición del cielo. Pero además, en muchas culturas como la egipcia, la china o la hebrea, el marido tenía derecho a buscar otra unión o a disolver el matrimonio por esta causa.
¿Cómo afecta la esterilidad a la mujer en la actualidad?
Aunque esto puede parecer muy lejano, aunque de una manera más sutil, este pensamiento sigue arraigado en nuestra sociedad pues se ha ido transmitiendo de padres a hijos. Por eso, para las mujeres ser madres es algo muy importante, incluso para aquellas que toman la elección de no serlo. Algo que puede influir sobremanera en el estado anímico de la mujer. Ccuando una mujer descubre que es estéril suele vivir este momento con gran desesperación y como una gran injusticia.
No obstante, si se sabe gestionar bien, la mujer puede salir reforzada. Y es que puede ser una gran oportunidad para conocerse a sí misma, aceptar su valía como mujer independientemente de si puede ser madre, y quererse más a sí misma. Una oportunidad para abandonar la imagen de lo que otros quieren que sea y descubrir la maravillosa mujer que es.