Esterilidad e infertilidad son dos términos que se utilizan normalmente de manera indistinta, pero lo cierto es que no significan lo mismo. La esterilidad es la imposibilidad de lograr un embarazo después de un año intentándolo, pudiendo ser primaria si la pareja nunca ha logrado tener un hijo, y secundaria si el problema ocurre después de haber tenido al menos un hijo. En cambio, la infertilidad es la imposibilidad para gestar un niño sano, bien porque el embarazo no ha llegado a término o porque a las pocas horas del parto el bebé ha muerto. En este caso también puede ser primaria si nunca se ha conseguido dar a luz a un hijo sano y secundaria si alguna vez se ha logrado.
Así pues, no es lo mismo el caso de la pareja que no consigue que la mujer se quede embarazada que aquella que lo logra, incluso sin dificultad, pero que comprueba tristemente que finalmente el embarazo no llegará a buen término. Es importante realizar esta distinción, ya que las causas y los tratamientos para solucionar los problemas son completamente distintos. Encontrándose solución para la mayor parte de los problemas tanto de esterilidad como de infertilidad. A través de inseminación artificial, fecundación in Vitro o microinyección espermática.
Una vez se llevan a cabo las pruebas necesarias para determinar las causas de la esterilidad y la infertilidad, como exploraciones, análisis o ecografías, se trata de buscar el mejor tratamiento posible para conseguir el embarazo y llevarlo a buen término. En los últimos años, las técnicas han avanzado mucho y hoy es posible realizar diagnósticos muy rápidos y precisos utilizando los datos genéticos de los padres o detectando hábitos del estilo de vida de los progenitores que podrían estar interfiriendo. De esta forma, se puede delimitar mejor el tratamiento y hacerlo más corto para que el ansiado embarazo llegue lo antes posible.
Causas más habituales de la esterilidad
El 96% de las parejas que mantienen relaciones sexuales sin protección durante 12 meses consecutivos consiguen el embarazo, por lo que los expertos aconsejan esperar este tiempo antes de llevar a cabo un estudio de fertilidad para saber si realmente existe un problema que esté impidiendo la concepción.
Los problemas de esterilidad afectan al 16% de las parejas, aumentando hasta un 50% en aquellas mujeres que tienen más de 35 años. Afectando tanto a hombres como a mujeres en el mismo porcentaje (40% de los casos). El porcentaje restante se atribuye a causas desconocidas que no se consiguen clarificar.
Entre las causas más comunes de la esterilidad, en la mujer suelen encontrarse los problemas de ovulación, una reserva ovárica muy baja, la obstrucción tubárica, una edad avanzada o enfermedades crónicas como la diabetes, los problemas de tiroides, etc. Mientras que en el hombre la causas más frecuentes suelen ser problemas de movilidad de los espermatozoides o una cantidad deficiente de los mismos.
El más importante en la actualidad es la edad de la mujer. Y es que pasados los 35 años la posibilidad de concebir es solamente del 10%, reduciéndose hasta el 5% al llegar a los 40 años. Esto no quiere decir que al cumplir los 35 años la mujer no pueda tener hijos, pero sí es cierto que necesitará más tiempo para lograrlo.
Causas más habituales de la infertilidad
Las causas más frecuentes de la infertilidad son muy similares a las de la esterilidad, además de las anomalías uterinas y cervicales o las lesiones en las trompas de Falopio. En el hombre, pueden existir problemas de la próstata, alteraciones en los testículos, obstrucción en los conductos, alteraciones en la eyaculación, problemas de erección o un semen de baja calidad.