¿Qué es la fecundación in vitro?
La fecundación in vitro (FIV) es un método de reproducción asistida de gran complejidad que consiste en la obtención de óvulos a través de una punción folicular y en su posterior fecundación con los espermatozoides del hombres en un laboratorio. Una vez realizada la fecundación, se lleva a cabo un seguimiento de los embriones hasta que son transferidos al útero de la mujer, con el objetivo de lograr el embarazo.
No obstante, este procedimiento no siempre se realiza de la misma manera. En función de cómo se lleve a cabo la unión del óvulo y el espermatozoide, será de un tipo o de otro. El método convencional consiste en poner los espermatozoides en la misma placa del cultivo de óvulos a la espera de que sean capaces de fusionarse por sí solos. En casos más graves, se opta por el ICSI, método a través del cual el espermatozoide de introduce en el óvulo directamente mediante una microinyección.
Requisitos para realizar un tratamiento de fecundación in vitro
Para que una mujer pueda someterse a un tratamiento de fecundación in vitro, es necesario que la mujer sea capaz de producir óvulos y que no presente ningún tipo de problema o anomalía en el útero que impida la implantación del embrión y el adecuado desarrollo del embrión durante el embarazo. Si el problema se debe a una baja reserva ovárica o a la menopausia, se puede realizar mediante la donación de óvulos.
En el caso del hombre, es necesario que la calidad del semen sea la adecuada. Si existe algún problema de movilidad, morfología o concentración de los espermatozoides, se opta por el método ICSI. Pero incluso, cuando la calidad del semen es buena, hay clínicas que prefieren optar por el segundo método para ofrecer mayores garantías de éxito. Si hay un grave problema con el semen del hombre, siempre puede recurrirse a un donante.