Cuando una pareja acude al médico o a una clínica de reproducción asistida porque está teniendo problema para concebir, el primer paso para averiguar si existe un problema real es llevar a cabo un estudio de fertilidad. A través de diversas pruebas realizadas tanto a la mujer como al hombre se buscan las causas que podrían estar impidiendo el embarazo. Y es que el análisis solamente a uno de ellos puede ser insuficiente para emitir un diagnóstico fiable. Una vez realizadas las pruebas, el especialista puede orientar el diagnóstico y las posibilidades de embarazo que existen respecto al tratamiento que se propone.
No obstante, no todas las pruebas son siempre las mismas. Dependerán de lo que se estime conveniente en base a las conclusiones extraídas en la primera consulta, en la que se valora el historial clínico, los antecedentes personales y familiares, así como los factores laborales, ambientales y hábitos tóxicos que pueden estar afectando a la fertilidad de la pareja.
Estudio de fertilidad en la mujer
En el caso de la mujer, se llevan a cabo una serie de pruebas analíticas y de imagen para saber si existen problemas de fertilidad, y para obtener datos necesarios en el caso de que haya que realizar posteriormente un tratamiento de reproducción asistida. Las pruebas que se realizan son un estudio hormonal, una histerosalpingografía, una ecografía transvaginal, una histeroscopia, una biopsia del endometrio y un cariotipo.
Estudio de fertilidad en el hombre
La primera fase del estudio se inicia con una espermiograma, con el objetivo de analizar las características de los espermatozoides. En función de los resultados, se realizan otras pruebas para preparar el tratamiento de reproducción asistida: test de capacitación, estudios bacteriológicos y bioquímicos, análisis hormonal, biopsia testicular, cariotipo.
Pero, aunque estas son las pruebas más habituales que se llevan a cabo en un estudio de fertilidad, pueden realizarse otras muchas en base a los resultados obtenidos. En cualquier caso, debes saber, que en el 60% de los casos el resultado es negativo y no existe ninguna causa aparente de infertilidad. Lo que no quiere decir que no exista un problema de fertilidad. Con lo cual, en algunos diagnósticos la causa puede ser desconocida y tiene que ver más con factores psicológicos que físicos.